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sábado, 22 de agosto de 2015

CUALIDADES


Las cualidades que me atraen (alguien a quien amo debe tener al menos dos o tres): 1- Inteligencia. 2-Belleza; elegancia. 3- Douceur (delicadeza, dulzura). 4- Glamour; celebridad. 5- Fuerza.
 6-Vitalidad; entusiasmo sexual; alegría; encanto. 7- Expresividad emocional, ternura (verbal, física), afecto.  (Susan Sontag en La conciencia uncida a la carne).


Yo variaría el orden de prioridades pero coincido con la escritora. Sin embargo, a veces  nos enganchamos a  la más  modesta cualidad de otra  persona. Y puede ser que hasta una sola de las mencionadas por Susan Sontag  baste para complicarnos la vida. Complicar no es el adjetivo adecuado.  

lunes, 23 de septiembre de 2013

LA BELLEZA Y LA LEYENDA.



“Para los griegos, la belleza, la armonía, y la proporción no eran conceptos de su inteligencia, sino disposiciones ligadas a su sensibilidad. Por eso eran un pueblo de estetas, en el que todos siempre buscaban, exigían, la belleza en todo. Por eso proyectaron con semejante violencia su sensibilidad sobre el mundo futuro en el que aún vivimos como súbditos bajo la expresión de aquella. ”
Fernando Pessoa (1888 —1935), en Apuntes para una estética no-aristotélica.

Cartel publicitario en publicación del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, en 2003, La Habana.

sábado, 19 de noviembre de 2011

CLEOPATRA: L A VAMPIRESA MAQUILLADA POR MAX FACTOR.

Por: Lázaro Sarmiento



Al comienzo de Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell escribió: “Escarlaett O Hara no era bella, en realidad, pero los hombres no solían darse cuenta…”

Algo parecido sucedía hace cerca de 2.080 años con Cleopatra, la inteligente y poderosa reina de Egipto. Ha pasado a la historia como un mito de belleza y seducción. Pero, en realidad, era bajita, gorda y fea.

En su novela Los idus de marzo (1948), Thornton Wilder pone en boca de Cicerón el siguiente juicio sobre Cleopatra:

“La fascinación que esta Reina ejerce disminuye mucho viéndola de cerca. Yo sostengo que cada persona tiene una edad hacia la cual apunta toda la vida, como la aguja imantada al Norte….Según esta ley, Cleopatra, a pesar de su juventud, tendría cuarenta y cinco, lo que hace aparecer desconcertantes sus gracias juveniles. Su redondez es la de una mujer que ha tenido ocho hijos. Su andar y su porte son muy admirados, pero no por mí. Tiene veinticuatro años y camina como si tratara de representar veinticuatro años.

“Sin embargo, hay que estar muy alerta para advertir tales cosas. El prestigio de su título, la magnificencia de su atavío, el efecto que producen sus dos atractivos más notables: la belleza de sus ojos y la dulzura de su voz cuando habla, subyugan al incauto”.







Muchas actrices de Hollywood contribuyeron a cimentar el mito de la belleza de Cleopatra: Rhonda Fleming, Claudette Colbert, Vivian Leight y Elizabeth Taylor. Según destacaba el escritor Terenci Moix, más de 40 películas y en casi todas, por no decir todas, Cleopatra aparece como” una vampiresa maquillada por Max Factor.




Y los hombres no solían darse cuenta.




La actriz británica Vivian Leight (1913 - 1967), En 1951, Leigh y Laurence Olivier actuaron juntos en las obras teatrales Antony and Cleopatra de William Shakespeare y Cesar and Cleopatra de George Bernard Shaw, ambas inspiradas en algunos aspectos de la vida Cleopatra VII.


domingo, 4 de septiembre de 2011

LA BELLEZA QUE PASA.

Por: Lázaro Sarmiento




La capacidad para sentirse abrumado por la belleza tiene un vigor asombroso y sobrevive entre las más rigurosas distracciones. Esto escribió Susan Sontag en el ensayo Un argumento sobre la belleza, recogido en su libro póstumo Al mismo tiempo.

Me gusta pensar en el carácter efímero de la belleza de los cuerpos y en su visibilidad acentuada cuando se muestra junto a la imagen contraria: un hombre feo y una mujer hermosa; o un organismo carcomido junto a un tórax y unas extremidades lozanas. Hay muchas otras representaciones.

Uno de los personajes de El nombre de la rosa de Umberto Eco afirma que la belleza del cuerpo solo existe en la piel: “Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel se estremecerían de horror”(… )“Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y el vientre, sólo encontrarás suciedad.”

Y volviendo a Susan Sontag: “La belleza menos ‘enaltecedora’ del rostro y del cuerpo aún es el sitio más comúnmente visitado de lo bello.”

Pero ¿por qué esta amalgama de citas?

Sucede que hoy me impactó en La Rampa la imagen de una pareja integrada por una mujer impresionante, bellísima según los cánones generalmente idealizados, y un hombre masculinamente muy feo, con algo de simio cortés. Parecían enlazados por una armonía que dejaba fuera todo el escenario que los rodeaba. Tuve la impresión de que ella caminaba junto a él como si lo considerara un lujo, un regalo de la vida. Los dos parecían respirar un perfume fabricado en lugares recónditos de sus cuerpos.

Me incliné en gesto de admiración y respeto.





domingo, 5 de septiembre de 2010

TOCAR LO QUE LA BELLEZA ESCONDE.



Viendo esta radiografía del torax de Marilyn Monroe recordé unos apuntes que guardaba de El nombre de la rosa.

“Porque de tres cosas depende la belleza: en primer lugar, de la integridad o perfección, y por eso consideramos feo lo que está incompleto; luego, de la justa proporción, o sea de la consonancia; por último, de la claridad y la luz, y, en efecto, decimos que son bellas las cosas de colores nítidos”.

“La belleza del cuerpo solo existe en la piel. Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel…”

“Toda esa gracia consiste en mucosidades y en sangre, en humores y en bilis. Si pensases en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y en el vientre, sólo encontrarás suciedad. Y si te repugna tocar el moco o el estiércol con la punta del dedo ¿cómo podrías querer estrechar el moco que contiene todo ese excremento? ”

Estas consideraciones pertenecen a uno de los personajes de El nombre de la rosa, la novela histórica que Umberto Eco publicó en 1980. Veinticinco años después este autor dio a conocer La Historia de la belleza y en 2007 La Historia de la Fealdad.

La vedette Rosita Fornés (nacida en 1923), una de las bellezas nacionales en Cuba.


La seductora actriz Norma Shearer (10 de agosto de 1900 Quebec, Canadá - 12 de junio de 1983 California, Estados Unidos) reinó en el cine de los años veinte. Fue víctima del alcoholismo y la depresión durante los últimos años de su vida.

Arriba: Fotografía realizada por Herman Puig (nombre artístico de German Puig Paredes). Este cineasta y famoso fotógrafo de desnudos, nació en Sagua la Grande, Cuba, el 25 de febrero de 1928. Reside en París.

Arriba: Imagen realizada por el célebre fotógrafo Richard Avedon (Nueva York, 15 de mayo de 1923 - San Antonio, Texas, 1 de octubre de 2004).


lunes, 26 de julio de 2010

LAS VENTAJAS DE LOS GUAPOS

O EL CULTO A LA BELLEZA .



“Los guapos (las personas bellas) tienen más posibilidades de salir triunfante en las discusiones y de convencer a los demás. La gente les cuenta secretos y cosas sumamente personales. En realidad, lo que ocurre es que todos quieren complacer a los guapos, hacer gesto conciliatorios, dejarse convencer, contarles cotilleos y, literalmente, dar marcha atrás cuando los ven por la calle”.

Esto señala Nancy Etcoff , profesora de la Facultad de Medicina de Harvard. Ella comenta que los guapos quizás convenzan no por su aspecto, sino con su inteligencia o la fuerza de su personalidad:

“De hecho, las personas atractivas suelen sentirse más a gusto con los demás, más seguras, y no temen las opiniones negativas tanto como la gente que carece de atractivo. Suelen pensar que son dueños de su propia vida, no simples caprichos del destino y las circunstancias, y tienen más tendencia a imponerse”.

En ocasiones, en la consulta médica, en oficinas de gestiones burocráticas o en el salón de una tienda, he tenido oportunidad de constatar los privilegios que genera la belleza. La mayoría de la gente se esfuerza más en atender, o darle explicaciones, a las personas de rostro y cuerpos hermosos. Nancy Etcoff, con mirada provocadora, ingeniosa y perspicaz, trata de demostrar científicamente la razón de esa actitud en las páginas de su libro La supervivencia de los más guapos . La ciencia de la belleza (Editorial Debate, Madrid, 2000).

“La gente está más dispuesta a prestar ayuda a las personas atractivas incluso si no les caen bien”.

viernes, 12 de febrero de 2010

MARLENE, UNA DISTANTE ESTRELLA ENVIANDO SU LUZ


Por: Lázaro Sarmiento

Ha sido una semana bajo el magnetismo de Marlene Dietrich. He visto cinco películas protagonizadas por la legendaria actriz: Marruecos, La Venus rubia, Capricho español, El jardín de Alá y Mujer o demonio. En los próximos días vendrán más pues este ciclo presentado por la Cinemateca de Cuba no finalizará hasta el miércoles. Ese día proyectarán el documental Marlene Dietrich: su propia canción, realizado en el 2001 por uno de sus nietos, David Riva.

Me alejo de la sala Chaplin de La Habana pensando en las cualidades que justificaron el mito de la actriz. Llego a mi casa y confronto mi imagen de Marlene Dietrich con el retrato que de ella hizo hace algunas décadas el escritor español Juan Marsé:

“El extraño y pertinaz fulgor de los pómulos gatunos, la ternura asiática de los párpados, las mejillas chupadas, la delirante vida de las aletas de la nariz, la frente pura, traslucida, sedosa. Éstas son algunas de la cualidades de una estrella que, aún cuando ya está apagada, nos sigue enviando su luz, como las de verdad”.

De las largas piernas de la actriz enfundadas en medias largas, Marsé dice que son como la espina dorsal de la memoria.

“La cabeza es bellísima porque los huesos son perfectos. Esta cabecita orlada de oro fue a Shanghái, ciudad llena de espías y peligrosa, simplemente a comprarse un sombrero. He aquí un rostro nimbado por el halo de los sueños, por el auténtico polvo de estrellas. Y el cuerpo, vestido de fúlgido lamé o de severo frac, estará siempre gloriosamente sobre el barril de la memoria”.

Por la época en que se publicó esta descripción, ya Marlene Dietrich vivía encerrada en su propia leyenda en un apartamento de París. En la biografía escrita por Donald Spoto se recuerda que “desde 1976 hasta su muerte, en mayo de 1992 -exceptuando sus dos medias jornadas de trabajo para rodar Gigoló y un mes cuando permitió a un colega suyo que grabara una entrevista-, Marlene residió en medio de un espléndido aislamiento, una mujer vagamente conectada con el mundo a través de los periódicos, los libros y el teléfono, pero insistentemente retirada e inaccesible para todo el mundo excepto un par de empleados, y sin recibir otras visitas (excepto en ocasiones muy poco frecuentes) que las de su hija María”.

Carlos Monsiváis recuerda que “en Hollywood, estrellas tan distantes entre sí como Marlene Dietrich, Carole Lombard, Rita Hayworth y Dolores del Río, poseen y adquieren glamour, la técnica y la voluntad de refinar la belleza. Son-en Shanghái Express, Ser o no ser, Gilda o Ave del Paraíso- magia indescifrable del cine, substancia de los sueños de una generación y del encuentro admirativo de las siguientes. Ellas reafirman que, al menos en un sentido, lo mítico es aquello que no admite la familiaridad que desgasta”.

Si quieren disfrutar de magníficas fotos de Marlene Dietrich y de informaciones sobre su vida les sugiero entrar en http://clasicmarlene.blogspot.com/


Marlene Dietrich nació en Berlín el 27 de diciembre de 1901. Murió en París el 6 de mayo de 1992.

¿Cuál sería un cine de La Habana adecuado para rendirle pleitesía al fantasma luminoso de Marlene Dietrich? Para mí, el Fausto (1938), o el América (1941), así como el interior del teatro Lutgardita (1932) en Boyeros. El Art Deco de estas salas armonizaría con la elegancia distante de la estrella.



martes, 19 de enero de 2010

AVA GARDNER EN LA HABANA.


Por: Lázaro Sarmiento

El animal más bello del mundo estuvo varias veces en La Habana. Pensé en esos viajes en algún momento durante la proyección por televisión hace unas horas de la película La noche de la iguana ( 1964) Este es un dato que se menciona en las guías de viajeros que arriban a la Isla: Ava Gardner se alojó en el Hotel Nacional de La Habana. Y ,como éste es un hotel emblemático de Cuba, la lista de sus huéspedes ilustres es muy conocida del público gracias a la publicidad turìstica. La actriz vino por primera vez en 1951 recién casada con Frank Sinatra. Sobre esa estancia, el investigador Leonardo Depestre se hace eco de una crónica de la época, firmada por Don Galaor, periodista de la farándula en la revista Bohemia: “Huraño, colérico, huidizo, Sinatra mantiene encerrada en el apartamento del hotel a su flamante media naranja, o la lleva y la trae a escondidas, discutiendo desdeñoso con todos, no permitiendo que nadie, público, fotógrafos o periodistas se les acerque.” Se sabe que en aquella ocasión, Ava y Sinatra visitaron los célebres cabarets Montmartre y Tropicana. Por ahí también abundan las referencias sobre otro viaje de Ava Gardner a La Habana en 1954.Y un libro (que no he visto) publicado en Brasil hace cuatro años recrea, o fabula, la presencia de la estrella en la capital cubana durante el verano de 1959, el primer año de la Revolución encabezada por Fidel Castro.

Hay quienes la recuerdan nadando en la piscina de Finca Vigía, la residencia de Ernest Hemingway en las afueras de La Habana. Dicen que se bañó desnuda.


Ava Gardner nació el 24 de diciembre de 1922, en Grabtown, Carolina del Norte, Estados Unidos. Murió el 25 de enero de 1990, en Londres, Inglaterra.

La revista cubana Cinema anuncia el 29 de mayo de 1955 la proyección en La Habana de La condesa descalza, en los cines Alkazar, Alameda, City Hall y Arenal.

“La aceptación de la vida es sin duda el primer requisito para vivirla”. (Frase del guión de La noche de la iguana, dirigida por John Huston)

La revista Bohemia del 5 de septiembre de 1954 informa sobre la presencia de Ava Gardner en La Habana.

Esta es una de las piscinas del Hotel Nacional de La Habana. Sus antiguos empleados recuerdan que Ava Gardner se levantaba a las seis de la mañana para nadar aquí.

“Ava Gardner no fue una actriz –cualquier mujer puede serlo si se empeña-, sino una estrella. Parecía, no la belleza que pasa, sino la belleza detenida para que podamos verla veinticuatro veces cada segundo, lo que dura una eternidad en el cine.” (Guillermo Cabrera Infante)


“Una mañana, las once, se paseaba sola por los jardines del hotel que dan al mar. Llevaba el pelo apretado en un moño, una blusa blanca, un pantalón azul muy ancho y zapatos bajo...No tenía una gota de pintura, de polvos, de nada. A cara limpia, era de una hermosura sobrecogedora…” (Orlando Quiroga en el capítulo Los animales más bellos del mundo, en el libro de memorias Nada es imposible .(Letras Cubanas, 1996)

TEXTO RELACIONADO:
GLAMOUR

viernes, 2 de octubre de 2009

LA BELLEZA CREADA POR LAS FOTOS.

En Los sudarios de Verónica, cuento de Michel Tournier, el personaje de Verónica ofrece la siguiente definición de la palabra fotogenia:


“Ahora, en cambio, se ha hecho fotogénico ¿En qué consiste la fotogenia? En la facultad de producir fotos que van más allá del objeto real. Para que me entienda: el hombre fotogénico sorprende a los que, conociéndole, ven sus fotos por primera vez ya que son siempre más hermosas que él mismo; es como si desvelasen una belleza que hasta aquel momento permanecía oculta. Pero es que esa belleza, no la desvelan las fotos, la crean”.

sábado, 29 de agosto de 2009

HOY, SÚBDITO DE LA BELLEZA.

Por: Lázaro Sarmiento

La capacidad para sentirse abrumado por la belleza tiene un vigor asombroso y sobrevive entre las más rigurosas distracciones. Esto escribía Susan Sontag en el ensayo Un argumento sobre la belleza, recogido en su libro póstumo Al mismo tiempo.

Me gusta pensar en el carácter efímero que a veces tiene la belleza (el de los cuerpos) y en su visibilidad acentuada cuando se muestra junto a la imagen contraria: la pareja de un hombre feo y una mujer bella; o un organismo carcomido junto a un tronco y unas extremidades de atleta. Hay muchas otras representaciones.

Uno de los personajes de El nombre de la rosa de Umberto Eco afirma que la belleza del cuerpo solo existe en la piel: “Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel se estremecerían de horror”… “Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y el vientre, sólo encontrarás suciedad.”

Y volviendo a Susan Sontag: “La belleza menos ‘enaltecedora’ del rostro y del cuerpo aún es el sitio más comúnmente visitado de lo bello.”

Pero ¿por qué esta amalgama de citas sin profundizar en ningún concepto? .

Sucede que hoy me impactó la imagen de una pareja integrada por una mujer impresionante, bellísima según los cánones generalmente idealizados, y un hombre masculinamente feo, con algo de simio cortés. Parecían enlazados por una armonía que dejaba fuera todo el escenario que los rodeaba. Ella daba la impresión de que consideraba un lujo caminar junto a él. Y los dos respiraban una química fabricada en lugares recónditos de sus cuerpos.

Me incliné en gesto de admiración y respeto ante la atracción hormonal que los enlazaba.

sábado, 22 de agosto de 2009

ENTRE LA BELLEZA Y EL CIENO.


“…Thomas Mann anotaba en sus cuadernos los huevos escalfados del desayuno, los paseos, visitas, erecciones, miradas que no había podido reprimir en la espalda de un joven camarero, un tejido vital que alternaba con conferencias, panfletos, recepciones y homenajes que no le impedían seguir escribiendo novelas profundas, densas, bíblicas. En sus diarios se entrecruzaba a veces Einstein con divos de Hollywood, con profesores de Princeton o de Harvard abriéndose paso en medio de los obstáculos que encontraba a la hora de escalar otras cimas literarias. Escribir siempre con grandeza al borde del acantilado, entre la belleza y el cieno, entre la estética y la putrefacción era la cumbre que más le atraía.

A lo largo de su biografía habían quedado recuerdos de adolescentes envasados. Su primer amor fue un compañero de colegio, Armin Martens; luego William Timpe y a los que añadía bell boys de hoteles, camareros y otros bañistas de cualquier playa que se transformarían en el Tadzio perseguido por las miradas del escritor Gustav von Aschenbach en las galerías del Gran Hotel des Bains del Lido de Venecia. Probablemente Thomas Mann nunca se atrevió a dar un paso adelante en este erotismo, pero su recuerdo le bastaba para excitarse ante esas sombras evanescentes que se reflejan en un espejo glaseado.”


Tomado del reportaje de Manuel Vicent titulado Thomas Mann: entre la belleza y el cieno. (Publicado en Babelia, suplemento de El País, 21.08.09) Este texto se refiere al diario que Thomas Mann (1875-1955) llevó desde su juventud hasta el final de sus días y que sólo pudo ser leído veinte años después de su muerte, por propio deseo expresado en su testamento.

martes, 14 de abril de 2009

El poder de la piel

“La belleza del cuerpo solo existe en la piel. Si los hombres viesen lo que hay debajo de la piel, como sucede en el caso del lince de Beocia, se estremecerían de horror al contemplar a la mujer. Toda esa gracia consiste en mucosidades y en sangre, en humores y en bilis. Si piensas en lo que se esconde en la nariz, en la garganta y en el vientre, solo encontrarás suciedad.”(El nombre de la rosa, de Umberto Eco)

Strength Training, de Steven Klein, fotografía de agosto de 2006/Arriba izquierda: Avedon.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Dibujo siamés en La Rampa.

La belleza más conmovedora es la más evanescente. Esto advertía Susan Sontag al referirse al rito anual de contemplación de los cerezos en flor en Japón, citado en el ensayo Un argumento sobre la belleza, recogido en su libro póstumo Al mismo tiempo.

Me gusta pensar en el carácter efímero que a veces tiene la belleza (el de los cuerpos) y en la alianza que puede establecer con su imagen contraria: la pareja de un hombre feo y una mujer bella; o un organismo carcomido junto a un tronco y unas extremidades lozanas. Hay otras representaciones.

Y volviendo a Susan Sontag: “La belleza menos ‘enaltecedora’ del rostro y del cuerpo aún es el sitio más comúnmente visitado de lo bello.”

Hoy observé la escena de una mujer frágilmente bellísima, según los cánones generalmente aceptados, con un hombre masculinamente muy feo. Sus figuras en La Rampa de La Habana proyectaban una alegría casi obscena. Tuve la impresión de que ella caminaba junto a él como si lo considerara un lujo.

Sentí deseos de inclinarme en gesto de admiración y respeto ante la atracción hormonal que los unía.

martes, 18 de marzo de 2008

PRIVILEGIOS PARA LAS PERSONAS ATRACTIVAS


La supervivencia de los más guapos, de Nancy Etcoff es un volumen que observo con bastante frecuencia, casi a diario. Está colocado en un librero situado a un lado de la puerta de entrada y salida de mi apartamento. Es imposible dejar de verlo. Lo mismo ocurre con una persona bella, nunca pasa inadvertida. En este caso me refiero a la representación física de la belleza generalmente aceptada por todos.

Esta tarde al bajar a La Rampa fui sacudido por una onda expansiva de belleza colectiva. Casi sentí vergüenza de no militar en el mismo equipo de Ben Affleck. Mientras observaba tanta gente guapa bajando hasta el Malecón o subiendo hacia Coppelia recordé varias apreciaciones de Nancy Etcoff, quien es profesora de la Facultad de Medicina de Harvard. Su lenguaje es tan claro y sencillo que uno llega a desconfiar. Sin embargo presenta una evidencia científica amplia y convincente.

En el ya citado libro que tengo de abrepuertas, la Etcoff apunta que cuando vamos por la calle “llevamos con nosotros un pequeño territorio, una parcela que nos protege y rodea tanto si estamos de pie como sentados y a la que los demás no pueden acceder sin permiso. Si alguien se acerca demasiado, la gente se siente incómoda.

“Las personas atractivas de cualquier estatura reciben un territorio personal más grande: sus privilegios van unidos a su persona.

“Los guapos tienen más posibilidades de salir triunfantes en las discusiones y de convencer a los demás. La gente les cuenta secretos y cosas sumamente personales. En realidad, lo que ocurre es que todos quieren complacer a los guapos, hacer gestos conciliatorios, dejarse convencer, contarles cotilleos y, literalmente, dar marcha atrás cuando los ven por la calle”.

Y esto último fue lo que hice: mirar atrás y seguir el impredecible rastro de la belleza. Pero luego de algunas observaciones pensé que era hora de responder la pregunta que en una ocasión lanzó Susan Sontag: La belleza: ¿Handicap o poder?

Nota: 56,60 centímetros es la distancia que admitimos se nos acerque un desconocido. De ahí en adelante hay una barrera que provoca incomodidad. Para las personas bellas ese territorio es mayor.

miércoles, 27 de febrero de 2008


LOS HOMBRES NO SE DABAN CUENTA.
Por: Lázaro Sarmiento

Margaret Mitchell al principio de Lo que el viento se llevó escribió: “Escarlata O Hara no era bella, en realidad, pero los hombres no solían darse cuenta…”

Algo parecido sucedía hace cerca de 2.080 años con Cleopatra, la inteligente y poderosa reina de Egipto. Ha pasado a la historia como un mito de belleza y seducción. Pero, en realidad, era bajita, gorda y fea.

En su novela Los idus de marzo (1948), Thornton Wilder pone en boca de Cicerón el siguiente juicio sobre Cleopatra:

“La fascinación que esta Reina ejerce disminuye mucho viéndola de cerca. Yo sostengo que cada persona tiene una edad hacia la cual apunta toda la vida, como la aguja imantada al Norte….Según esta ley, Cleopatra, a pesar de su juventud, tendría cuarenta y cinco, lo que hace aparecer desconcertantes sus gracias juveniles. Su redondez es la de una mujer que ha tenido ocho hijos. Su andar y su porte son muy admirados, pero no por mí. Tiene veinticuatro años y camina como si tratara de representar veinticuatro años.

“Sin embargo, hay que estar muy alerta para advertir tales cosas. El prestigio de su título, la magnificencia de su atavío, el efecto que producen sus dos atractivos más notables: la belleza de sus ojos y la dulzura de su voz cuando habla, subyugan al incauto”.

Muchas actrices de Hollywood contribuyeron a cimentar el mito de la belleza de Cleopatra: Rhonda Fleming, Claudette Colbert, Vivian Leight y Elizabeth Taylor. Más de 40 películas y en casi todas, por no decir todas, Cleopatra aparece como” una vampiresa maquillada por Max Factor”, según Terenci Moix.

Y ya que he mencionado el nombre de actrices que fueron en realidad mujeres bellas, quiero citar a la científica Nancy Etcoff quien en su libro La supervivencia de los más guapos (Madrid, 2000) dice al comentar los estudios sobre el tema:” En realidad se demuestra que el castigo por la fealdad puede ser incluso mayor que el premio por la belleza”.
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