lunes, 1 de diciembre de 2008

En la densa oscuridad de la platea.
Por: Lázaro Sarmiento

Se publica en el periódico El Mundo un comentario sobre las cartas enviadas al alcalde de La Habana, Varona Suárez, solicitando se sitúe un inspector en le cine Campoamor, en cuyo local se dice que “se vulnera los principios de la moral pública” aprovechando la densa oscuridad durante las funciones cinematográficas, lo cual ofende a las familias respetables que acuden a dicha funciones. (23 de Febrero de 1917)

La anterior nota la transcribí del libro La tienda negra. El cine en Cuba (1897-1990) , de María Eulalia Douglas (Cinemateca de Cuba, La Habana, 1996). El cine Campoamor al que se hace referencia en las cartas al alcalde no es el que está (o estuvo) en la esquina de Industria y San José (ahora casi en ruinas), sino uno que había frente al Parque Central, inaugurado en 1915 y demolido en 1925. Por cierto, 28 años después se formula una petición parecida:

Algunas entidades y personas solicitan del alcalde de La Habana se suspendan las tandas de las doce de la noche en los cines, alegando que en tales funciones se producen actos atentatorios a la moral, por el tipo de público asistente. La solicitud no es aceptada. (Mayo de 1945)

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